lunes, 17 de octubre de 2011

Crianza y pastoreo de las llamas y alpacas.

Bofedal

Las llamas y las alpacas están anatómica y fisiológicamente adaptadas a la altura, las temperaturas y las condiciones estaciónales imperantes en el altiplano. Los camélidos domésticos paren preferentemente en las épocas lluviosas, donde hay mayor producción de pastos.
Al contrario las ovejas generalmente lo hacen en invierno, con la consiguiente escasez de una buena leche para sus crías. Los ovinos están expuestos a las inclemencias del frío y de los depredadores.
Las variaciones en cuanto a la adaptabilidad de la llama y la alpaca, radican en que la primera no es tan susceptible a las enfermedades, come un amplio espectro de forraje y no está limitada por un óptimo altudinal. En cambio, la alpaca tiene una altura óptima entre 4.000 y 5.000 msnm., prefiriendo pastos verdes y blandos, los que generalmente están en los bofedales.
Las llamas y alpacas, aunque pueden vivir 20 años son mantenidas sólo por 12 años, por razones de producción de buena calidad de carne. La venta se puede realizar a partir de los 3 años de aquellos ejemplares de menor calidad genética. Antiguamente estaba muy difundido el intercambio comercial mediante caravanas de llamas cargueras, pero el sistema ha sido reemplazado por la apertura de las rutas carreteras.
La carne de camélidos andinos es aprovechada desde tiempos inmemoriales; en el Inkario fue usada fresca o seca. La carne fresca tiene niveles de colesterol diez veces menores que la carne de cordero o vaca, por lo que su consumo sería más saludable. Los cronistas indican que los depósitos de alimentos inkásicos estuvieron repletos de productos vegetales deshidratados y "charki", la carne seco-salada de llamas y alpacas procesada en la época de sequía, expuesta al sol durante el día y al frío de las heladas durante la noche; prensada y secada con abundante sal por un lapso de 2 meses con la finalidad de garantizar su conservación por mucho tiempo; el charki de camélidos conserva los valores nutritivos de la carne fresca que tiene valores significativos.
La leche de camélidos generalmente no es aprovechada por los andinos debido a su bajo volumen, sin embargo, se podrían mejorar las técnicas para tener una mejor producción y utilizarla de un modo extensivo. Por su parte la piel de camélidos se viene procesando en los últimos tiempos, en muchas zonas del Perú y Bolivia para la fabricación de cueros de buena calidad.
Los camélidos andinos tienen también la capacidad de entrecruzarse entre ellos; debido a que tienen un idéntico número cromosomático, el mismo cariotipo y patrón inmunológico, pueden generar crías fértiles; del cruce de llama y alpaca resulta Wari, mientras que del cruce de vicuña y alpaca resulta Paqovicuña; sin embargo estos cruces no posibilitan el mejoramiento ni domesticación de los camélidos participantes y las próximas generaciones de híbridos volverán a tener las características de uno u el otro de los padres.

Publicado por: Magalí Nogueira.

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